Según los especialistas en ciberseguridad, absolutamente nadie está exento de ser víctima de un robo o estafa virtual. En este marco, datos revelados por una encuesta sobre este tipo de delitos pone en alerta a toda la sociedad argentina, principalmente a las autoridades competentes que deben contrarrestar estas prácticas, según una nota del diario Perfil.
Estafas en cajeros automáticos: cómo funciona el método “skimming” que permite a los delincuentes robar datos de tu tarjetaEntre las alarmantes cifras que arroja la investigación, y que fue publicada por el periodista Enrique Garabetyan de ese medio, se indica que el 11% de los argentinos sufrieron algún tipo de delito virtual y es una tendencia que lamentablemente irá creciendo en los próximos años. ¿Cuáles son los factores que inciden para que esto ocurra? ¿Cuánto dinero roban por año los delincuentes a través de sus estafas?
Cifras sobre ciberdelito que preocupan
El trabajo de campo publicado en mayo fue elaborado por las consultoras WIN y Voices! y mostró que este problema está empeorando, dado que, en investigaciones similares hechas antes de la pandemia, la gente que reconoció haber sido víctima de estos formatos llegaba al 8%. Puesto en cifras, los expertos mencionan que, globalmente, en 2021, el monto “facturado” por robos, fraudes y estafa con tarjeta de crédito fue de US$ 33 mil millones. Pero ya para 2022 ascendía a US$ 36 mil millones.
Esta misma situación se refleja en otras formas. Por ejemplo, en otro estudio que publicaron los responsables de Google Argentina a principios de este año: según las estadísticas del portal, la búsqueda “seguridad online” creció un 20% durante 2022, lo mismo que las palabras “seguridad de contraseña”. Otras, aún más específicas, como “administrador de contraseñas”, triplicaron consultas. “Todo esto refleja el interés de los argentinos por conocer, entender y acceder a herramientas disponibles para protegerse y adquirir mejores hábitos de seguridad digital”, concluyeron desde la empresa.
La pandemia marcó un antes y un después en la consolidación de estos delitos
“Nosotros creemos que 2023 es el año en el que ciberdelito se está consolidando como una verdadera industria profesional”, le aseguró a Perfil Gabriel Zurdo, CEO de la firma BTR Consulting, especializada en ciberseguridad. Las razones del crecimiento de este ámbito delictual son varias: “Desde la pandemia muchísimas personas se sumaron –por diversas razones– a hacer trámites y transacciones digitales. Desde las apps que había que mostrar con permisos para salir del barrio a el aumento de las compras online. Y también recibir dinero y pagar por algún trabajo usando una, o varias, de las muchas billeteras digitales disponibles. Este fenómeno implicó sumar al mundo de las transacciones online una gran masa de gente, muchas veces sin experiencia digital, y que se convierten en posibles blancos muy expuestos a este tipo de delitos”, comentó Zurdo.
Según este experto, hoy una persona “promedio” dispone, en su dispositivo móvil, de tres o más apps que sirven como plataformas de pago. A esto se le suma otra estadística que sugiere que –en la zona del AMBA– se roban alrededor de nueve mil dispositivos cada día, y que muchos de ellos tienen nulas, o mínimas, medidas de seguridad implementadas. “Así empezamos a entender la magnitud del problema del ciberdelito económico, tanto en lo personal como en lo corporativo”, dice Zurdo. Y su pronóstico es triste: “Esta tendencia delictual seguirá empeorando”.
Entre las razones que explican el agravamiento hay varias. Por un lado, muchos desarrolladores y compañías que lanzan apps para hacer transacciones y que guardan información “sensible” no están al día con las mejores prácticas del software seguro. Según el experto de BTR, alrededor de una de cada cuarenta apps disponibles en los stores no supera el estándar mínimo de seguridad.
Pero, por otra parte, aun las que sí lo cumplen, suelen ser vulneradas porque el propio usuario no las “setea” en forma adecuada. En otras palabras, “aún hay demasiadas personas que ni siquiera le ponen un PIN a su smartphone. Y los datos registrados por las compañías de seguridad consultora muestran que el 61% de las personas recurre a una misma –y única– clave para entrar a las diferentes apps. “Si ese password es robado, todas sus cuentas se verán comprometidas”.
Por otra parte, según los expertos también las grandes empresas de tecnología proveedoras de servicios populares tienen muchos deberes por hacer. Desde mejorar el uso inseguro de algunos marketplaces gratuitos, a estafadores que montan fácilmente una tienda virtual falsa y venden, vía Instagram. Y también pueden sumar seguridad nuevas acciones hechas por los buscadores populares que muestran, en un lugar prominente de los resultados, avisos de sitios falsos, lo que facilita el flujo de incautos que hacen click y empiezan a ser víctimas de una estafa real.
Prestar mucha atención a los falsos mails de bancos
A principios de este año ESET Latinoamérica, una compañía especializada en seguridad digital, realizó una encuesta en países de la región, incluyendo Argentina, donde preguntó a los usuarios con qué frecuencia reciben intentos de engaños y desde dónde los contactaron los estafadores. El 81% de los participantes aseguró que en los últimos 12 meses recibió al menos un intento de engaño, pero logró detectarlo a tiempo, mientras que el 6% de las personas admitió haber caído en esa trampa. Varios de estos intentos se realizan desde supuestas casillas de correo oficiales tanto de bancos públicos como privados.
“En cuanto a las consecuencias para las víctimas, el 11% perdió información personal, el 7% dinero y el 4% el acceso a sus cuentas”, le detalló a PERFIL Camila Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET. Y confirmó que la cantidad de estafas vienen incrementándose desde hace años, pero la pandemia aceleró estas situaciones. Pero, además, “ahora son estafas más dirigidas y sofisticadas. Y se aprovechan de que una gran cantidad de usuarios simplemente se sienten seguros y que ellos no van a ser blanco de este tipo de ataques, y que todos podemos ser un objetivo de hacking". La primera forma de prevenir está en ese punto: darse cuenta que todas las personas, incluyendo al lector de esta nota, también puede estar siendo blancos de un fraude digital.